Empezar de cero... será lo mejor, olvidarme de esas piernas que parecían que me iban a cambiar la vida entre polvo y polvo. Habrá que rajar las sábanas para que callen, porque han vislumbrado los mejores secretos de la ciudad, esos que se encuentran al oeste de tus caderas. Fuimos lo peor que le pudo pasar a la poesía y no contentas con ello, jodimos también a la prosa.
Nos cansamos de mentirnos, ninguna estaba dispuesta a decir la verdad porque se estaba más cómoda en ropa interior. Los sentimientos molestaban y nadie les había invitado, así que les echamos, llenando su hueco con superficialidades. Nos burlábamos del tiempo, de las amantes que no combinaban la ropa interior, del humo que inhalabas y del limón de los tequilas.
Lloramos ron, escalamos la cima de nuestras almohadas, éramos reinas de una realidad de la que huíamos y nuestros labios brindaron con poesía porque tú, no me querías. Pero, decidimos dejar de vernos hasta que se nos pasara el calentón, porque no se nos ocurrió una excusa mejor.
Nos cansamos de mentirnos, ninguna estaba dispuesta a decir la verdad porque se estaba más cómoda en ropa interior. Los sentimientos molestaban y nadie les había invitado, así que les echamos, llenando su hueco con superficialidades. Nos burlábamos del tiempo, de las amantes que no combinaban la ropa interior, del humo que inhalabas y del limón de los tequilas.
Lloramos ron, escalamos la cima de nuestras almohadas, éramos reinas de una realidad de la que huíamos y nuestros labios brindaron con poesía porque tú, no me querías. Pero, decidimos dejar de vernos hasta que se nos pasara el calentón, porque no se nos ocurrió una excusa mejor.

No hay comentarios:
Publicar un comentario