miércoles, 14 de noviembre de 2018

Simetría.

Como quien toma de su propia medicina
y se reconoce en otra piel distinta a la suya,
despidiéndose sin siquiera empezar
con una tozudez que no hace justicia a tanta inteligencia.

Y de la misma forma que quien habla de la vida
como si lo hubiera visto todo,
y no se equivoca
aunque en cierta forma espera hacerlo.

Aparecimos,
tú,
con la certeza de que quien con un guiño,
consigue lo que quiere
y yo,
con la pulcritud que tiene una sonrisa
sin aditivos aparentes como el miedo.

Después de la cerveza,
contra todo pronóstico,
llegó el vino e incluso la cena,
y los intentos absurdos de acercamiento
que al final no lo fueron tanto.

Y por una vez llegó la duda
acompañando a la valentía irracional
que dan los primeros besos.
Lo cierto es que tiene demasiada cortesía,
para ser una mujer de tan poca palabra.

Acabando así con el amor 
y sus intenciones más lascivas.
Por el miedo que da
reconocerse en otra piel.

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