viernes, 2 de agosto de 2019

Segundo asalto.

Esto,
se parece demasiado
a una canción de domingo tarde.
A una emoción que se adueña del atarceder.
A la puñalada que son
los dos besos,
después de una historia
como la nuestra.

Porque has de asumir que hay:
cortesías absurdamente  (in)necesarias,
distancias tristemente insalvables,
pensamientos perennemente ciertos,
y
lugares astillados
en un pronombre que ya no es nuestro.

Reconozco ineludiblemente
que no llevo bien
lo de los privilegios perdidos.
Como aquella predilección del tiempo compartido
y el destierro de tu cuello a mi colgante.

Y me cuesta verte de pasada
pasando de puntillas por tu vida,
preguntándome si estarás bien.
Lo cierto es que te ves más guapa
desde que ya no estamos juntas.

Pero, aunque duela tanta belleza
hay esperanzas que es mejor enterrar.
Porque el bondage emocional,
aunque pueda parecerlo
no da placer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario